Surgimiento
El término “surgimiento” deriva en último término del latín surgere. Su etimología no es otra que sub-regere, algo así como “regir” desde abajo. Todo ello está lleno de connotaciones filosóficas y teológicas. La ἐνέργεια de Aristóteles, después traducida por “acto”, era entendida por el filósofo como “el surgir de la cosa” (τὸ ὑπάρχειν τὸ πρᾶγμα). El término ὑπάρχειν (ύπο-ἄρχειν) equivale literalmente al sub-regere latino. En este sentido, el “acto” no sería la presencia de las cosas, sino más bien su “llegar a la presencia”, o lo que la fenomenología denomina el “aparecer”.
Al mismo tiempo, la metafísica “hebrea”, a diferencia de la tradición filosófica y teológica occidental, pensó el mundo a partir del “regir” mismo de Dios, algo directamente relacionado con el reinado de Dios, y con el mesiazgo del Mesías. Un Mesías que propuso un reinado de Dios desde abajo... Un Mesías de quien sus primeros discípulos afirmaron que había “vuelto a surgir” (resurrexit)...